Metal Gear Solid V: The Phantom Pain v5b1t

Microsoft daba la sorpresa en su conferencia pre E3 hace tan solo una semana cuando todo daba comienzo con un tráiler del esperado 'Metal Gear Solid V: The Phantom Pain', la quinta entrega de una franquicia tradicionalmente vinculada a las consolas de Sony. Aunque esta quinta entrega verá la luz tanto en plataformas Microsoft como Sony, la aparición del mencionado tráiler en la conferencia de la compañía de Redmond  -una mezcla de secuencias cinemáticas y gameplay-, además de la breve presencia del propio Hideo Kojima en el escenario, supuso todo un golpe de gancho hacia Sony.

La historia del título de Kojima ha sido desde el principio un juego de pistas, señuelos, bromas y sorpresas, con la que el creativo ha jugado con la industria a su antojo; una industria deseosa de saber más de la historia de Big Boss y/o Solid Snake. Tras cada tráiler mostrado, los foros especializados de internet han ardido en suposiciones y teorías varias -recordemos cuando el juego fue presentado como 'Groud Zeroes' resultando ser finalmente solo un capítulo a modo de introducción en el juego final- y con el último mostrado hace tan solo una semana en el E3 no hemos vivido ninguna excepción. 

El tráiler tenía lugar en el desierto de Afganistán.

El tono general del tráiler, sobre todo de la versión extendida (con tres minutos extra de duración que terminan donde comienza el tráiler standard) es de odio, de remordimientos hacia el pasado, de perdición y sobre todo de venganza. En el vídeo suceden muchas cosas, pero si hay algo que queda grabado en nuestra mente es la imagen de un Big Boss ya entrado en años, mutilado y corrompido por la batalla, por las personas que ha ido dejando atrás y con la única motivación de vengarse de sus enemigos (¿las potencias mundiales?, los Patriots?) para recuperar su pasado. La dureza del vídeo, con crueles escenas de tortura nos transporta inmediatamente al contexto de la historia de un personaje como Big Boss, el llamado mejor soldado del siglo XX, que vive quizás los peores días de su vida.