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Análisis de DOOM: The Dark Ages - DOOM Shadows Die Twice

Id Software vuelve a sorprender con un DOOM que esta vez apuesta por la precuela en lo narrativo y combate más cercano en lo jugable.

11/05/2025 01:44
¿Es posible reinventar los shooters? Respuesta corta, sí. DOOM 2016 fue una carta de amor a los shooters clásicos, destacando en varios puntos clave como la gestión de recursos y una BSO que aún a día de hoy sigue dejando huella en el género. Eternal reinventó por completo los FPS, siendo el mejor en su categoría 5 años después. Y The Dark Ages ofrece una experiencia nueva, muy original eso sí, aunque no perfecta.

DOOM: The Dark Ages

The Dark Ages

DOOM también tiene algo que contar 3e6a4v

DOOM: The Dark Ages da un paso adelante en la franquicia no solo ofreciendo una nueva jugabilidad, también en lo narrativo. Por primera vez en la marca Id Software quiere contar una historia con todo lo que ello implica en el medio: cinemáticas.

Es obvio que aquí hemos venido a pegar tiros a diestro y siniestro, hacer parrys y desgarrar demonios como si no hubiera un mañana, pero nunca está de más hacer una pausa para ver al Slayer en todo su esplendor, ¿verdad? Y es aquí, de nuevo, donde DOOM: The Dark Ages también brilla. El guión, con perdón, es digno de serie B. Demonios invaden un planeta en busca de un antiguo tesoro muy poderoso. Humanos tratan de defenderse y para ello una antigua raza envía al Slayer como arma de defensa. Fin. Eso es DOOM: The Dark Ages.

Por supuesto por el camino conoceremos más del pasado del protagonista y el resto de trasfondos que tanto cuerpo han dado al universo de la marca en DOOM Eternal y DOOM 2016. Se agradece el esfuerzo y hasta se sigue con interés, pero no esperéis ni mucho menos una trama que os vaya a dejar huella. Eso sí, las cinemáticas en las que el Slayer se luce en todo su esplendor son para enmarcar.

Con los pies en la tierra a base de parrys 4w5c1n

La nueva trilogía de DOOM es cuanto menos curiosa. Con DOOM 2016 tuvimos una vuelta a las orígenes de la marca, un reinicio en toda regla que añadía ideas muy interesantes: utilizar la motosierra para conseguir munición y realizar glory kills para recuperar salud. DOOM Eternal llevaba esa fórmula a otro nivel. Un diseño muchísimo más vertical, frenético y con una idea en mente: Si te quedas quieto estás muerto. Eternal te obligaba a cambiar de arma constantemente, un piedra/papel/tijera en esteroides que si me preguntáis a mi a día de hoy es el shooter perfecto. Una auténtica obra maestra en lo jugable.

DOOM: The Dark Ages

The Dark Ages

Pero entonces, ¿DOOM: The Dark Ages no es tan bueno? Lo nuevo de Id Software es bueno, mucho, pero ciertas decisiones emborrado la experiencia. En The Dark Ages tocará disparar, por supuesto, pero el gran protagonismo se lo llevará el escudo. Con él podremos realizar parrys a los enemigos; aquellos que realicen ataques cuerpo a cuerpo con un destello en verde o lancen ataques a distancia también verdes. A su vez podremos lanzarlo/nos para limpiar la sala de masillas o bien salir de zonas más complicadas, casi como un dash.

La mecánica funciona como un tiro, y a diferencia de Eternal donde tardamos mucho en “masterear” e interiorizar las mecánicas, The Dark Ages habremos cogido rápidamente el puntillo a cómo bloquear, hacer parrys y lanzar el escudo. La sensación de golpeo es impresionante, lo que sumado a las armas hace que el combate haya ganado en visceralidad. Además, conforme más progresamos en el juego los enfrentamientos ganan en velocidad y frenesí, algo que sin duda al terminarlos hacen que nos sintamos como el auténtico Slayer.

El gran problema jugable de DOOM: The Dark Ages radica en su propuesta de mundo abierto, o mejor dicho, escenarios abiertos. Son francamente amplios, demasiado, lo que se traduce en paseos largos (a pesar del sprint del Slayer) y cortan en seco el ritmazo que tiene el juego con los combates. Hay mil y un elementos escondidos en el mapa, ideales para los más completistas o progresar rápidamente en la mejora de armas. Elementos que, en definitiva, ya estaban presentes en 2016 y Eternal pero introducidos de manera más orgánica y ágil.

Otro aspecto que también nos ha hecho torcer el morro es el sistema de progresión. Que el Slayer tenga que ir encontrando monedas por el camino, visitar una estatua ubicada en el mapa y deba rascarse el bolsillo para mejorar sus habilidades con el escudo, cuerpo a cuerpo o las armas resta cierto sentido (si es que DOOM lo puede tener) y nos saca de la experiencia.

Novedades también son el mecha Atlan y el dragón. Sin duda la peor parte de DOOM The Dark Ages. Estos niveles son más un mero trámite metido con calzador que repetirán protagonismo a lo largo de la aventura en diversas ocasiones. Se sienten forzados y sus niveles son aburridos por un planteamiento que en el caso del Atlan se resume en andar y destrozar lo que encuentras a tu paso; y en el del dragón casi un minijuego de esquivar proyectiles hacia los lados o en vertical. Una fase de cada uno de ellos, que se quede como un momento épico llegado el momento y poco más hubiera sido algo para recordar, pero esa importancia que le han dado tal vez ha sido demasiado.

Magia negra con el Id Tech 8 44185e

Si algo ha caracterizado a todas las entregas de DOOM desde sus inicios no es solo los despiadados momentos de acción reventando demonios, sino también cómo han exprimido el hardware de nuestros ordenadores y consolas.

DOOM: The Dark Ages hace gala del nuevo Id Tech 8 y qué decir, sencillamente impresionante. Haciendo uso por obligación de RayTracing y el exagerado nivel de detalle en texturas e iluminación, el estudio texano ha hecho auténtica magia negra en los gráfico y también en lo que a optimización se refiere.

DOOM: The Dark Ages

The Dark Ages

En un PC equipado con un i5-13600K, 32GB y una RTX 4070 hemos podido mover el juego en calidad máxima (Ultrapesadilla), 1440p, DLSS en Calidad y Frame Generation a una tasa de 150 fps como una roca. Tirando de fuerza bruta y sin técnicas de reescalado, el juego ha alcanzado unos más que decentes 60fps. Eso sí, Nvidia debe ponerse las pilas con los drivers. Para el análisis pudimos acceder al nuevo firmware de los “verdes” y éstos nos han proporcionado tales problemas que nos ha sido imposible ejecutar el juego.

¿Y en consola qué tal? Pues bastantes sombras, la verdad. En PlayStation 5 logramos una resolución 1440p dinámica y 60fps. Suena bien, pero DOOM: The Dark Ages ofrece una imagen demasiado borrosa, además de detalles visuales que “afean” el resultado final en los momentos más tranquilos (no pocos). Desde popping de elementos del escenario y detalles de personajes/enemigos, una iluminación mucho más plana y especialmente una imagen mucho más borrosa. Comentar que en el momento de realizar la review la opción de Enfoque o Nitidez no funciona, por lo que podría ayudar algo una vez tengamos su primer parche.

En lo sonoro tampoco tenemos buenas noticias. Si bien las armas, el sonido de los enemigos o el golpeteo del escudo o las armas cuerpo a cuerpo suenan contundentes y muy crudas, la banda sonora y su mezcla no termina de convencernos. El trabajo de Mick Gordon fue tan histórico y una auténtica rareza en la música metal, dejando un impacto tan profundo que cientos de grupos han calcado desde 2016. Finishing Move, los compositores de este The Dark Ages han hecho un trabajo aceptable, pero no hay ninguna melodía que destaque. Simplemente está ahí, de fondo, pero no te hace vibrar y encajar como un guante de la misma manera que hizo Mick Gordon o incluso el sobresaliente trabajo de Andrew Hulshult en las expansiones de Eternal.

Valiente y diferente en el género, más que suficiente 434p12

No os quedéis con una mala impresión de DOOM: The Dark Ages. Es francamente divertido en sus 20 horas que os puede dar para completarlo tendréis una experiencia única y diferente a todo lo visto en el género. Tal vez eso es lo más importante y destacable del juego. Innovar en un género tan anclado a los orígenes de disparar a todo lo que se mueve es complicado e Id Software lo ha conseguido de manera excelsa.

Falla al acercarse a esa idea intrínseca en muchos títulos de hoy en día, abrazar el escenario abierto porque está de moda; porque de verdad que DOOM no necesita esa fórmula. Esperábamos también algo más de contenido en el endgame, pues una vez terminada la campaña poco contenido tendremos por delante más allá de completar todos los niveles al 100%, algo que podemos hacer casi a la par que terminamos la aventura.

DOOM: The Dark Ages

The Dark Ages

The Dark Ages es un grandísimo título de acción, frenético como pocos y una mejor barrera de entrada que Eternal para nuevos jugadores, pero donde también se ha dado protagonismo a los más hardcore gracias a una personalización de la dificultad casi parámetro por parámetro: agresividad de los enemigos, velocidad del juego, recursos, etcétera.

DOOM: The Dark Ages no es Eternal, pero tampoco quiere serlo. Es una apuesta fresca y original en los shooters que a pesar de sus fallas en aspectos clave a los que ya nos han acostumbrado Id Software estos años atrás se convierte en un ‘must-have’ de manual. Precisamente por eso, por ofrecer algo a lo que no estamos acostumbrados y ser tan único.

8

Lo mejor

La trama se sigue con interés, dejando momentos apabullantes para la saga y muy únicos. Puro DOOM

El nuevo loop jugable de bloqueo, parry y cuerpo a cuerpo engancha como un demonio, nunca mejor dicho

A nivel artístico es incontestable

En PC es un portento técnico, con optimización que es pura magia negra

Lo peor

Las fases amplias, el Atlan y el dragón frenan la acción y se sienten metidas con calzador

La BSO, aunque no es mala, deja patente que la sombra de Mick Gordon es demasiado alargada

Una vez acabado, su rejugabilidad es prácticamente nula

El sistema de progresión del Slayer se siente poco orgánico

¿Cómo analizamos?