La televisión de Joel muestra algo que no debería estar ahí… y solo unos pocos lo han visto. 2e5c43
Siempre The Last of Us. Siempre hay algo nuevo que rascar en la obra maestra de Naughty Dog. Guiños a Uncharted, referencias cruzadas a otras sagas, detalles en las paredes o libros que solo captas en la quinta partida… pero lo de hoy es otro nivel. Ni huevo de pascua, ni secreto oculto: hablamos de un fallo de desarrollo que se convirtió en easter egg por accidente.
Durante el prólogo, en la escena icónica donde manejas a Sara, te mueves por la casa en busca de Joel y empiezas a sentir que algo va mal en el mundo. Si al bajar las escaleras de la casa guardamos partida, salimos al menú y volvemos a cargarla, dejaremos de ver el canal de noticias en la televisión de Joel para ver algo inesperado: una hormiga infectada por cordyceps.
Durante años, los fans teorizaron. ¿Era un mensaje críptico de los desarrolladores? ¿Un aviso sobre el hongo real que inspiró al juego? ¿Una pista sobre algo mayor?
La verdad es mucho más simple, el propio Kurt Margenau, uno de los responsables del desarrollo del juego, aclaró que se trataba de una imagen provisional. Durante la producción, usaron esa imagen como placeholder para probar cómo funcionaría el contenido de la televisión. Más tarde la cambiaron por el noticiario, pero, por algún motivo extraño, el juego la carga de nuevo tras guardar y recargar en ese punto exacto. No era un easter egg, era un error.
En esa misma habitación de Joel hay otro detalle oculto. Esta vez, programado con cariño. Se trata de un cuadro. Un paisaje nevado en el que se encuentra un ciervo. Aparentemente irrelevante. Pero si has jugado al juego completo, algo te va a sonar.
Ese cuadro es una anticipación visual al momento en el que Ellie sale a cazar en el invierno. Una escena clave del juego. El entorno que aparece en el cuadro es el mismo. Es una conexión emocional, visual, narrativa… sin necesidad de una sola palabra.
Así, Naughty Dog une a Sara y a Ellie. Las dos hijas de Joel. Una, al principio. Otra, en el corazón de la historia. Sin necesidad de diálogos. Solo con un fondo en la pared.